Salida de Afganistán, flexibilización cuantitativa, hiperinflación, escasez de suministros, voracidad de China... La lista de factores que amenazan la posición líder del dólar estadounidense es mucho más larga. La administración Biden parece cada vez más consciente de los peligros imprevistos que conlleva perder la supremacía en el comercio internacional. ¿Es demasiado tarde para salvar el dólar estadounidense?
Biden reconfirmó a Jerome Powell, un reputado republicano, como presidente de la Reserva Federal. Esto envió una señal contundente de que el legado futuro de la moneda estadounidense es una preocupación importante. Powell y algunos de sus colegas sostienen que la reducción de las recompras de bonos debe comenzar incluso antes. Estos anuncios llegan en medio de una nueva variante del coronavirus que podría ser más dañina que las anteriores.
La hiperinflación a largo plazo no es una opción para Estados Unidos. Una fuerte devaluación del dólar, junto con un fuerte crecimiento de la economía china, debilitaría la posición de Washington en el escenario internacional. Si bien este escenario está sobre la mesa, la Casa Blanca puede necesitar tirar de todos los hilos para evitarlo.
Evitar la hiperinflación y ralentizar la flexibilización cuantitativa significa que los mercados de valores comenzarán a descender. La ciencia detrás de la reducción no es la cantidad de recompras de activos, sino su momento. Lo que Powell intenta evitar es una caída repentina de los precios de los activos, lo que podría generar estragos en los mercados de crédito y renta fija. Reproducir el escenario de 2008 sería una receta para el desastre.
En retrospectiva, Powell necesita solucionar no solo los problemas relacionados con la COVID, sino también toda la flexibilización cuantitativa innecesaria que se ha inyectado en los mercados desde 2009.
Cuando el dólar se derrumba, no lo hace en el vacío. Si el dólar pierde valor, lo hace en relación con alguna otra moneda. Así que el poder adquisitivo que perdemos, alguien más lo obtiene. Peter Schiff, corredor de bolsa estadounidense, comentarista financiero y personalidad de radio
La tasa de desempleo en Estados Unidos disminuyó a un mínimo de 21 meses, acercándose al 4,2%. Sin embargo, el crecimiento de la creación de empleo en Estados Unidos fue mucho más lento en noviembre. Estas cifras están socavando las enormes disminuciones del mercado laboral. Los empleadores se enfrentan a una dislocación en sus procesos de cadena de suministro. La disminución de la tasa de desempleo indica que algunos trabajadores abandonaron el mercado laboral para siempre y no volverán, salvo fuerza mayor.
Bitcoin sufrió una venta masiva provocada por inversores institucionales que buscan refugios seguros y monedas tradicionales. Bitcoin se desplomó USD 10.000 en menos de una hora. Este movimiento repentino muestra que estamos más cerca de lo que creemos de una venta masiva del mercado.
Después de alcanzar un máximo de un año a principios de septiembre, el precio de las acciones de Meta se movió lentamente hacia territorio negativo. Si bien las finanzas de Meta no parecen nada malas, los inversores ven más riesgo que recompensa en la empresa que posee Facebook. Los medios negativos y la creciente presión de las agencias gubernamentales están infligiendo una presión bajista adicional sobre el precio de Meta.
No es ningún secreto que el gobierno de Estados Unidos profundizará en los
negocios de Meta e intentará imponer cargas prudenciales adicionales. En el
caso de Meta, la tendencia es tu amiga.
La historia de amor entre China y Estados Unidos se acerca cada día más a un final fatal. Los reguladores estadounidenses no están contentos con la falta de transparencia de las empresas chinas que cotizan en las bolsas de Estados Unidos. Alibaba y Baidu son las principales acciones disponibles para los inversores estadounidenses durante más de una década. Las autoridades estadounidenses tomaron medidas significativas para eliminar las empresas chinas de la NYSE y el NASDAQ.
La SEC, el organismo de control estadounidense, busca aprobar una nueva regulación que obligue a las empresas chinas a abrir sus libros a los auditores estadounidenses. Los inversores ya han comenzado a vender acciones chinas. Por ejemplo, la acción de Alibaba sigue una deriva negativa desde principios de noviembre. La política destinada a eliminar las acciones chinas fue iniciada por la administración Trump y continúa bajo el régimen de Biden.
Mientras Bitcoin, la criptomoneda líder del mundo, comenzó un patrón bajista, Ethereum, la otra moneda principal, tuvo una evolución más estable en las últimas semanas. Además, Ethereum está funcionando bien en comparación con Bitcoin, el precio de ETH/BTC alcanzó un nuevo máximo histórico, lo que sugiere que habrá más alzas. Bitcoin es víctima de su propio éxito, ya que se ha convertido en algo común. Por lo tanto, Bitcoin tiene un componente sistémico más grande en su comportamiento.
El repentino interés en Ethereum proviene de su utilidad para las plataformas de contratos inteligentes. Los desarrolladores de tokens no fungibles (NFT) se inclinan hacia ETH como la moneda principal para respaldar el arte virtual.
Ómicron se propaga y Vega aumenta. El índice de volatilidad CBOE alcanzó su nivel más alto desde febrero, cuando la variante Delta estaba en erupción. El regreso de un régimen turbulento no es transitorio y los rendimientos del mercado deberían mostrar más colas gordas durante el próximo trimestre. Los operadores institucionales experimentarán un mayor costo de cobertura y tendrán un incentivo adicional para vender.
Estos son buenos momentos para operar opciones y tomar posiciones largas en volatilidad.
El índice Dow Jones perdió terreno durante la semana pasada, terminando por debajo de 34.600. La nueva variante Ómicron y la anticipada reducción de las recompras de bonos señalan el comienzo de la caída del mercado.
Bitcoin terminó la semana por debajo de USD 46.000, perdiendo más de USD 10.000 en menos de una hora. Si bien la corrección del mercado continuará, las compras técnicas podrían llevar la criptomoneda líder por encima de 50.000 USD en el corto plazo.
Los precios del petróleo se dispararon en la fase inicial de la crisis energética. Sin embargo, el resurgimiento de la COVID llevó a un mercado energético de dos estados, con los precios del petróleo moviéndose hacia territorio negativo. Si más países optan por el confinamiento, podríamos ver una tendencia a la baja en los precios del petróleo.
La onza de oro terminó la semana con una nota positiva, cerrando cerca de USD 1.785. La previsible contracción del mercado y el contexto inflacionario son buenos argumentos para creer que los precios del oro podrían dispararse en un futuro próximo.
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