
Justo cuando pensamos que habíamos escapado de la pandemia, la guerra trae de vuelta la sombra de la muerte. La invasión rusa de Ucrania destruyó el frágil equilibrio geopolítico y sumió a los mercados financieros en la confusión. El ataque estuvo bien preparado por el Kremlin, que parece haber evaluado las consecuencias políticas y económicas de sus actos. ¿Hay un panorama más amplio detrás de este conflicto? ¿Quién será el verdadero ganador de la guerra de Ucrania?
Hace dos años, en los primeros días del brote de la pandemia, habíamos pintado la situación usando la metáfora de los cuatro jinetes del Apocalipsis. El primer jinete trajo una pandemia devastadora, y el segundo llegó con un mensaje de guerra. No hace falta decir que el segundo jinete es el líder de Rusia, Vladimir Putin. Putin no solo ha empujado al mundo al borde de una guerra mundial, sino que también ha desencadenado lo que parece ser una guerra económica global.
A pesar de sus ambiciones, Rusia está lejos de ser una potencia económica global. Si bien su líder tiene un ensueño sobre el glorioso pasado olvidado de la Unión Soviética, la economía de Rusia depende en gran medida del comercio de productos básicos. Entonces, ¿quién respaldará a Rusia económica y financieramente en la eventualidad previsible de una nueva Cortina de Hierro entre Moscú y Occidente?
El segundo jinete cabalga con la bandera de la guerra económica, y los símbolos de su bandera están en mandarín. La guerra comercial entre Estados Unidos y China entra en la fase en la que se activan los apoderados. El Kremlin juega un papel táctico en esta guerra comercial y tiene como objetivo desencadenar una interrupción masiva en la cadena de suministro global y generar escasez en los mercados de productos básicos.
Pekín observa Taiwán con ojos envidiosos, y cualquier escalada del conflicto en la región amplificaría la crisis mundial de chips.
Los mercados financieros son demasiado optimistas con respecto al impacto de la guerra de Ucrania en la economía global.
Sin embargo, tanto Moscú como Pekín quieren desencadenar la agitación en los mercados financieros que eventualmente conduciría a una recesión global.
La agresión militar se desarrolló solo unos días antes del esperado aumento de las tasas de interés anunciado por la Fed para marzo. Lo más probable es que la Fed revise la estrategia de manipulación.
La situación en el este de Ucrania ha experimentado cambios rápidos, atrayendo gran atención de la comunidad internacional. La posición de China se basaría en lo correcto y lo incorrecto en relación con el problema de Ucrania en sí. China es coherente en la posición fundamental de respetar la soberanía e integridad territorial de todos los países y de cumplir con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. Xi Jinping, Presidente de China
Los principales índices bursátiles se desplomaron significativamente después de la invasión de Ucrania, pero se recuperaron en la última sesión de negociación. El viernes, el Dow Jones tuvo un fuerte regreso, subiendo un 2,5%, un récord de un año para un rendimiento diario. Los inversores consideraron que la Casa Blanca no entraría en guerra con Rusia.
Los precios del petróleo crudo cayeron por debajo de los 92 USD después de un repentino aumento por encima de los 100 USD en medio de la invasión rusa. VIX, el principal índice de volatilidad, se mantuvo sorprendentemente en niveles relativamente bajos. Las consecuencias de la guerra aún no se han valorado por completo, y los mercados podrían entrar en un territorio más turbulento.
El conflicto de Ucrania está sellando el destino de la economía rusa para la próxima década. Las acciones de Gazprom se desplomaron un 50%, alcanzando un mínimo histórico en las primeras horas de la invasión rusa. Gazprom es la empresa más grande de Rusia y controla las exportaciones de gas, que representan la principal fuente de ingresos del Kremlin. La agitación en las exportaciones de petróleo y gas ya está provocando una pérdida de confianza hacia la deuda gubernamental rusa.
Standard and Poor redujo la calificación soberana de Rusia a "estado basura", mientras que Moody's está considerando hacer lo mismo en los próximos días.
El conflicto entre Ucrania y Rusia desató la agonía en el mercado mundial del gas.
El TTF holandés, el principal punto de referencia del precio del gas de Europa, subió más del 50% el primer día de la invasión. Los mercados asiáticos de GNL se vieron gravemente afectados por el conflicto.
El Japan Korea Marker, el principal índice de GNL de Asia, tuvo un aumento de cuatro veces, siendo Rusia uno de los principales exportadores de gas en la región.
Este aumento masivo en los precios del gas es una mezcla de operaciones sentimentales y cambios estructurales en el equilibrio fundamental de la oferta y la demanda. El conflicto podría empujar a los mercados mundiales de gas a alcanzar precios altos imprevistos. Tal efecto podría provocar un nuevo aumento de la inflación.
Después de un viaje accidentado marcado por algunos cambios significativos, el índice Dow Jones terminó la semana en territorio negativo, por encima de los 34.000. La guerra entre Ucrania y Rusia enciende la agitación del mercado y podría desencadenar un futuro patrón bajista.
Bitcoin terminó la semana cerca de los 39.000 USD después de caer por debajo de los 34.500 USD. Bitcoin sigue un patrón correlacionado con el mercado de valores, lo que expone a la principal criptomoneda al riesgo sistémico. La guerra en Ucrania y el aumento de las tasas de interés podrían generar nuevas correcciones de precios, y Bitcoin podría probar el nivel de 30.000 USD en el próximo mes. Sin embargo, si Rusia es excluida de SWIFT, las criptomonedas podrían generar ganancias sólidas.
La onza de oro terminó la semana con una nota negativa, por debajo de los 1.900 USD después de subir por encima de los 1.970 USD. La crisis previsible de los productos básicos y el contexto inflacionario son buenos argumentos para un repunte de los precios del oro.
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